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martes, 17 de julio de 2012

Los expertos en hablar con caballos



Si entras a un establo, podrás observar distintas actitudes de los caballos, diferentes gestos con los que expresan su estado de ánimo.

Fuente: Dpa
Buenos Aires, Argentina.- 
Los caballos no nacen llevando jinetes ni monturas. Cuando, ya siendo jóvenes adultos, sienten por primera vez algún peso sobre su lomo, suelen arquearse en saltos furibundos para sacárselo de encima. Tradicionalmente, la gente de campo doma los caballos, obligándolos a soportar a alguien montado, hasta que aceptan resignados. Muchas veces acompañan este procedimiento de domesticación con golpes de rebenque o látigo y de espuelas, que causan dolor al caballo.

Pero desde hace unos años, comenzaron a aparecer domadores que rescataron viejas técnicas de los indios, que conocían mejor que nosotros el lenguaje de los caballos y que lograban convencer amistosamente a los animales de que los dejaran montarlos. Uno de estos domadores de palabra, el argentino Martín Hardoy, se dedica desde hace 20 años a enseñarle a gauchos en Uruguay y Argentina a acercarse con gestos y palabras a los caballos, hasta poder montarlos sin que se opongan. Es un proceso que toma unos 70 días.

Hoy hay estancias en las montañas de la provincia argentina de Salta, en los esteros de la provincia de Corrientes o en la planicie de la provincia de Buenos Aires, en la que los gauchos doman de palabra a los caballos. Y se hacen tan amigos, que cuando salen a cabalgatas de varios días y tienen que dormir a la intemperie y al frío, el caballo se acuesta para permitir que su jinete duerma a su lado aprovechando el calor de su cuerpo.

Los caballos hablan con el cuerpo

Si entras a un establo, podrás observar distintas actitudes de los caballos, diferentes gestos con los que expresan su estado de ánimo. Utilizan el lenguaje corporal para comunicarse. Tal vez puedas, con un poco de observación y práctica, aprender a entenderlos e incluso a hacerte entender por ellos.

Los caballos utilizan por ejemplo la posición de las orejas para comunicar su estado de ánimo. Si las coloca totalmente inclinadas hacia atrás, ¡mala señal! Significa que está de mal humor, o que desconfía o tiene miedo. Si se encuentra en cambio distendido, tranquilo, deja caer el labio inferior. ¿Y si está excitado por algo? Puede ser que lo exprese levantando su larga cola.

No te será fácil acompañar al caballo en sus movimientos de orejas. Pero sí puedes imitarlo en su forma de saludarse, olfateándose y soplando en sus ollares. Claro que conviene que lo hagas con un animal que sepas que es amable con los seres humanos y que no se le ocurra morder.

Otra posibilidad de entablar una conversación con un caballo es adoptando ciertas posturas corporales. Si quieres mostrarle que eres quien manda, debes mantenerte bien erguido y tratar de mostrarte más grande de lo que eres. Los caballos hacen lo mismo para impresionar a otros de su especie.

Puedes observar a veces cuando se encuentran dos caballos, cómo llevan la cabeza alzada y el cuello levantado en curva imponente. Sobre todo los machos llegan incluso a pararse en dos patas para impresionar a los demás. Nosotros ya vamos normalmente en dos patas, así que lo que puedes hacer para mostrarte más grande frente a un caballo es levantar ambos brazos.
De todos modos es probable que el caballo sepa más que nosotros sobre cómo se expresa el cuerpo diciendo cosas. Así es como también pueden "leer" nuestro lenguaje corporal, aunque lo utilicemos sin darnos cuenta. Por ejemplo, una persona que tiene miedo suele achicarse, encorvar la espalda, unir los brazos al cuerpo y agachar la cabeza, a veces también doblar las rodillas. Un caballo percibe inmediatamente que esa persona es temerosa.

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