Caballo sano / Caballo enfermo:
Fuente: elsaladrar.es
Descripción:
Existen numerosos determinantes que nos ayudarán a saber si nuestro caballo está padeciendo cualquier tipo de enfermedad, algo que podremos llegar a saber realizando un sencillo examen del animal.
Hay dolencias como las heridas, que resultan muy fáciles de localizar y tratar, pero existen otras que son de carácter interno y por lo tanto es mucho más difícil llegar a saber de su existencia.
A continuación le señalamos una serie de elementos que le ayudarán a diferenciar entre un caballo sano y otro que presenta alguna enfermedad.
CABALLO SANO:
• Ojos limpios y brillantes.
• Capa brillante, sin caída de pelo.
• A la hora de comer lo hará bien, mascando con facilidad.
• Orina casi transparente o de color amarillo pálido.
• Sus extremidades y cascos deberán estar fríos, sin ningún tipo de
inflamaciones.
• Al andar, repartirá el peso uniformemente entre sus cuatro extremidades
(sin embargo, tenga en cuenta que el cambio constante del peso de una
extremidad a otra, sobre todo en las delanteras, no es un buen síntoma.
• Su temperatura correcta se sitúa alrededor de los 38ºC.
• Su pulso, en reposo, oscilará entre las 36 y 42 pulsaciones por minuto.
• Su respiración, también en reposo, variará entre las 8 y las 12 inspiraciones
por minuto, debiendo hacerse con suavidad y sin esfuerzo.
CABALLO ENFERMO:
• El aspecto general de un caballo enfermo es de abatimiento y tristeza.
• Las orejas estarán caídas hacia atrás, la cabeza baja y los ojos se mostrarán inexpresivos y apagados (incluso en ocasiones le llorarán).
• Su pelo habrá perdido el aspecto brillante y se mostrará opaco.
• En caso de que observemos que se echa sin un motivo claro, debemos tener
en cuenta que es un síntoma de enfermedad.
• Si observamos que escarba, que suda mucho y que se muestra inquieto, lo
haremos ver por un veterinario, puesto que todos ellos son síntomas de un
cólico.
• Para determinar la existencia de una contusión, palparemos la zona, ésta
existirá si observamos calor (en ocasiones vendrá acompañada de una clara
inflamación).
• Aunque las cojeras pueden resultar evidentes, en ocasiones resulta difícil
concluir en qué extremidades se encuentra la dolencia, para poder ponerle
solución. Una forma de saberlo es la siguiente:
En primer lugar miraremos los cascos, tratando de ver si alguno está
caliente o si existe alguna herida o piedra encajada.
Después palparemos toda la extremidad.
A continuación, haremos que el caballo trote, teniendo en cuenta lo
siguiente: si la cojera se encuentra en los anteriores, bajará la
cabeza al cargar el peso en la mano buena y la levantará al pisar con
la mano que le produce dolor. En caso de que la cojera se encuentre en las extremidades posteriores, el corvejón y la cadera del pie afectado parecerán levantarse más al pisar.
Por supuesto, todo lo aquí comentado nos servirá como un primer acercamiento a un posible problema, en caso de que comprobemos que éste exista o de que simplemente observemos que el aspecto general del caballo empeora, lo más adecuado será ponernos en contacto con el veterinario, el único que podrá determinar la existencia de la enfermedad y el tratamiento más adecuado en cada caso.
En numerosas ocasiones resulta muy fácil ver que un animal está enfermo: muestra un estado abatido y triste, ojos inexpresivos, cabeza baja y color apagado...Pero debemos darnos cuenta de que algo falla antes de que su estado se muestre de forma tan obvia.
A continuación listamos algunas de las señales que nos facilitará nuestro caballo para indicarnos que no se encuentra bien, preste atención a ellas porque pueden prevenir una enfermedad grave:
• Respiración y/o pulso acelerados: tenga en cuenta que la respiración de
un caballo sano ronda entre las 8 y las 12 inspiraciones por minuto y que su
pulso aproximado es de 36-42 latidos por minuto.
• El caballo se tumba en el suelo.
• Se queda quieto y se niega a andar.
• Sus heces son pequeñas, líquidas o de un color extraño; o bien su orina es
de un color extraño.
• Cojea: las cojeras son fáciles de ver, pero no lo es tanto el determinar en
qué extremidad tiene el problema. Para ello deberá examinar cada una de
ellas y ver si alguna está caliente, si tiene alguna herida o algún objeto
enganchado en la herradura. Además haremos trotar al caballo, sabiendo
que:
Si la cojera está en las extremidades delanteras, bajará la cabeza al
cargar el peso sobre la mano sana y la subirá al pisar con la mano
enferma.
Si la cojera está en las posteriores la cadera del pie afectado tenderá
a levantarse más.
Descripción:
Se trata de calambres o espasmos que normalmente afectan a las
extremidades posteriores del caballo si bien en los casos más graves puede llegar a afectar a todo el cuerpo. Suele producirse cuando el animal está realizando ejercicio después de haber disfrutado de una jornada de descanso.
Síntomas:
• El caballo aminora la marcha de repente y sin motivo aparente.
• Sus músculos se vuelven rígidos.
• Comienza a sudar.
Tratamiento:
• Bajarnos del caballo, en caso de que nos encontremos montando.
• Dejar que el animal se quede quieto, evitando movimientos excesivos.
• Mantenerlo caliente.
• El ataque deberá remitir pasado un rato, si no es así deberemos ponernos
en contacto con el veterinario
Gripe:
Descripción: Se trata de una enfermedad relativamente fácil de detectar ya que produce un notable empeoramiento del aspecto del animal, que parece volverse triste y decaído.
Síntomas:
• Ojos llorosos.
• Mucosidad.
• Temblores.
• Pulso y respiración acelerados.
Tratamiento:
• Tomar la temperatura al animal, para determinar si tiene o no fiebre (la
tendrá si el termómetro indica más de 38º), en caso de que así sea
deberemos llamar al veterinario, nunca trataremos a un animal que tenga
fiebre.
• Mantenerlo caliente, con mantas y vendas; asegurándonos de que en la
cuadra no existen corrientes de aire que pueden perjudicarle pero sí que
está ventilada.
• Para descongestionarle trataremos de que inhale vapores balsámicos;
para ello le colocaremos en el fondo de una bolsa unas gotas de este tipo de
compuesto, sobre el cual pondremos un puñado de heno remojado con agua
caliente.
• Para aliviar la inflamación de la garganta y reducir el dolor, es conveniente
colocar unos paños calientes sobre la misma.
• Si los síntomas persisten después de 24 horas lo más conveniente es llamar al veterinario, ya que se pueden presentar complicaciones imprevistas.
Laminitis:
Descripción:
Se trata de una inflamación de las láminas interiores del casco.
Suele ser debida a un cambio en la dieta en el que se introduce una alimentación mucho más rica o bien a un exuberante pasto nuevo. Síntomas: Debido a la inflamación, el casco no puede expandirse para aliviar la presión por lo que el animal acaba por apoyarse en los talones tratando así de aliviar el dolor; de esta forma podremos percibir que algo ocurre, ya que notaremos serias dificultades para el movimiento.
Tratamiento:
• Reducir de forma drástica la comida.
• Aplicar calor.
• Colocar el casco en una solución caliente de sulfato de magnesio (que
verteremos sobre un cubo).
• Vendar la zona sin apretar.
• Para paliar el dolor podemos disolver unas cuantas aspirinas (alrededor de
cinco) en un poco de agua, las mezclamos con miel y harina y untamos toda
esta mezcla en la lengua cada cuatro horas hasta que el veterinario nos de
un analgésico más adecuado.
• Llamar sin falta al veterinario.
Sarna:
Descripción:
La piel del caballo es una parte expuesta constantemente a infecciones y
enfermedades parasitarias que, además de resultar enormemente molestas para el animal, pueden llegar a suponer un serio riesgo para su vida.
La sarna es, sin lugar a dudas, una de las enfermedades parasitarias más
comunes entre los equinos; por ello conviene conocerla bien, saber cuáles son
sus diferentes manifestaciones, el por qué aparece en determinados caballos y cómo debemos luchar contra ella. Algo que se hace aún más importante durante la época de calor, cuando proliferan los mosquitos (una de las principales formas de propagación de este tipo de enfermedades) y la falta de humedad provoca la aparición de polvo y suciedad en la que los ácaros se encuentran a sus anchas.
TIPOS DE SARNA
La sarna del caballo surge por la acción de diversos tipos de ácaros que se
asientan en determinadas zonas del cuerpo del animal. Debido a esos ácaros, el caballo comenzará a tener un fuerte prurito y el pelo, antes brillante, se tornará opaco y se llenará de costras y ampollas.
Podemos citar tres tipos fundamentales de sarna que aparece en los caballos:
• SARNA SARCÓPTICA:
Causada por el “Sarcoptes equi”, un parásito que se
introduce en la piel del caballo, donde deja sus huevos.
Este tipo de parásito se manifestará primeramente en la cabeza (labios, ojos y orejas), espalda, cuello y en la zona de la silla; desde estos lugares se irá
expandiendo por el cuerpo del animal.
Localizaremos este tipo de sarna de la siguiente forma:
Comenzará con un fuerte picor, que aumentará en los momentos es
que expongamos al caballo al sol, en el interior de establos calurosos
y durante la noche.
Podremos apreciar unos pequeños bultos sobre la piel, perfectamente
perceptibles al tacto.
El pelo se agrupará en mechones que corresponden a cada uno de
estos nódulos.
El pelo se caerá con facilidad, dejando pequeñas alopecias. En
algunas de estas calvas podremos localizar llagas, que terminarán
por transformarse en costras espesas.
Si la sarna continúa, acabarán por formarse bastas zonas cubiertas
por costras, con llagas que se localizarán principalmente en el cuello
y en la garganta.
Llegados a este punto, el caballo se encontrará claramente
desmejorado, se mostrará desganado y apenas comerá.
• SARNA PSORÓPTICA Y AURICULAR:
Causada por el parásito denominado “Psoroptes equi”, el cual busca las zonas del cuerpo provistas de pelo largo, así como las partes de flexión de las articulaciones.
El modo de contagio es por contacto directo o por transmisión por arneses.Debajo
del mechón de la nuca, debajo de la ingle, en el muslo, axilas, zonas de la grupa... son los lugares preferidos por este parásito que provocará un intenso y desagradable picor en el animal.
El caballo suele reaccionar ante este picor sacudiendo violentamente la cabeza.
• SARNA CORIÓPTICA:
también denominada “Sarna de los pies”, puesto
que suele comenzar en la zona de las extremidades posteriores desde donde
avanza para cubrir, principalmente en el caso de los potros, todo el cuerpo.
A pesar de esto se trata del tipo de sarna menos contagioso y su avance
suele ser lento, en muchas ocasiones puede estar localizado en una única
extremidad durante largos meses.
Por supuesto su aparición se hará notar con un fuerte picor, ante el cual el
caballo reaccionará dando pisotones al suelo de manera continuada y
mordiéndose las cuartillas.
A simple vista localizaremos la sarna a través de una descamación en la piel
que terminará en la caída de la epidermis, llevando poco a poco a la
formación de costras escamosas y a la aparición de grandes llagas
transversales.
CÓMO COMBATIR LA SARNA
Ahora que conocemos las formas y síntomas que pueden presentar los diferentes tipos de sarna, conviene saber cómo actuar ante ella.
En primer lugar debemos hacer fuerte hincapié en la necesidad de mantener las caballerizas y elementos que tengan que ver con el caballo perfectamente limpios. Debemos tener en cuenta que los ácaros y parásitos se desarrollan a sus anchas en la suciedad, por lo que nunca está de más que las caballerizas, patios, potreros y arneses se desinfecten con abundante creolina, lisoformo y agua con sal.
Es muy importante ubicar y retirar los bebederos y comederos de las excretas, para evitar que se contaminen; eso sin olvidarnos de que es fundamental que nuestro caballo tenga acceso al agua limpia y fresca durante todo el día.
Mantener al caballo fuera de la caballeriza, al aire libre y realizando ejercicio
bajo el efecto curativo del sol, es siempre recomendable; no sólo estará más alegre sino que además lo mantendremos por más tiempo alejado del peligro que supone el contacto con sus excrementos.
Retirar el estiércol todos los días resulta una tarea prioritaria; una vez retirado,este estiércol deberá ser depositado en un estercolero que estará colocado lo más lejos posible de las caballerizas para que éste se deseque con los rayos del sol, de este modo los parásitos, los huevos y las larvas serán destruidos por el simple exceso de calor.
Un buen cuidador deberá llevar a cabo un control de desparasitación para todos los caballos. Un control que deberá ser respetado correctamente si queremos evitar la infestación, la sobrecarga parasitaria, la contaminación ambiental, la transmisión a otros caballos e incluso la reinfestación de los animales. Este programa de desparasitación deberá tener en cuenta múltiples variables; desde el tipo de parásitos existentes y su cantidad en el animal afectado, el tipo de tratamiento llevado a cabo, el estado de las caballerizas, el estado de los alrededores... Vigilaremos muy de cerca los medicamentos dados, cambiándolos a menudo para evitar que los parásitos generen su propia resistencia.
De cualquier manera y en caso de que su animal se contagie con la sarna, para combatirla deberá llevar a cabo los siguientes pasos:
• Lo primero que hay que hacer es proceder al esquileo general, incluidas
las crines y a la consiguiente quema de todos los pelos cortados.
• Continuaremos limpiando la piel con un cepillo blando y mucho jabón. En
esta limpieza deberemos poner especial cuidado en las costras aparecidas a
causa de la sarna, para no dañar innecesariamente al animal.
• Aplicaremos cataplasmas con una solución a base de esteres fosfóricos. El
uso de cataplasmas sirve para eliminar la infección, reducir la inflamación,
aliviar las contusiones y limpiar las heridas; deben dejarse puestas un
máximo de 12 horas, pasadas las cuales convendrá repetir la aplicación;
además no conviene colocarlos durante más de tres días seguidos, a no ser
por indicación expresa del veterinario.
No nos cansaremos nunca de señalar la enorme importancia de llamar al
veterinario en el momento en que advirtamos cualquier problema en nuestro
animal. El es el único que, tras realizar un examen exploratorio, podrá determinar el alcance de la enfermedad y, por supuesto, el tratamiento más adecuado a seguir.
Una vez curado al animal y para prevenir una nueva aparición, convendrá
llevar a cabo algunas medidas de prevención, como son:
• Seguir una alimentación intensiva y abundante, en la que pongamos
especial atención a la calidad de los piensos así como al aporte vitamínico.
Administrar reconstituyente con vitamina B12 es siempre adecuado.
• Los animales afectados deberán permanecer al aire libre y , en caso de ser
posible, en el pastizal.
Ni que decir tiene que los animales afectados deberán ser separados de los sanos,teniendo en cuenta que el contagio entre un animal enfermo y otro que no lo está es relativamente sencillo, pudiendo producirse por contacto directo o indirecto (sillas, lugares de cobijo...); toda precaución es poca.)
Y como solemos indicar, una correcta alimentación, una adecuada rutina de
limpieza y un programa de ejercicios adecuados es la mejor prevención para
cualquier enfermedad. Cuidemos correctamente a nuestro animal para no tener que lamentar sus enfermedades.
Cólico:
Descripción: Los cólicos pueden ser de diferentes tipos, entre los más comunes cabe señalar:
• Cólico espasmódico: produce en el caballo dolores fluctuantes.
• Cólico hepático: producido por el paso de un cálculo por las vías biliares.
• Cólico renal: debido al paso de un cálculo por las vías urinarias.
• Cólico de torsión: producido por la torsión del intestino del caballo.
Se trata de fuertes dolores de vientre que sufre el caballo que pueden ser
debidos a múltiples causas; las más habituales son:
• Un cambio repentino en la dieta del animal.
• Un empacho.
• Una infestación parasitaria.
Síntomas:
Podremos advertir que el caballo está sufriendo un cólico si vemos que
se muestra inquieto, se revuelve y empieza a sudar.
Tratamiento:
• Prohibirle comer o beber.
• Evitar que se revuelque y prepararle una abundante cama si vemos que
no puede dejar de hacerlo.
• En caso de que estos dolores se prolongen deberá llamar al veterinario
Cólico II:
Descripción: Etimológicamente el término “Cólico” significa "dolor de colon".
En nuestros días el significado de este vocablo se ha extendido y ahora se
considera cólico a cualquier dolor localizado en la cavidad abdominal. En definitiva, se trata de dolencias del aparato digestivo caracterizadas por dolor, y que se acompañan de alteraciones funcionales e incluso en la topografía de las vísceras de la cavidad abdominal.
Todos los que estamos relacionados con el mundo de los caballos hemos oído
hablar en alguna ocasión de los temidos cólicos, que actualmente representan entre el 15 y el 20% de los actos clínicos que desarrolla el veterinario dedicado a la medicina equina.
El cólico es sin duda la principal causa de muerte en caballos. Conocer esta
enfermedad, sus síntomas y tratamientos, es por tanto de vital importancia para cualquier cuidador.
POR QUÉ LOS CÓLICOS PERJUDICAN AL CABALLO
El caballo es, sin dudas, el animal que más sufre las consecuencias de los cólicos; la causa está íntimamente relacionada con múltiples y variadas cuestiones que tienen que ver con las características físicas y de comportamiento del animal.
Una de las más importantes es la que viene determinada por las propias
condiciones anatómicas de los caballos: ellos poseen un intestino con una longitud aproximada de 30 a 35 metros y con una marcada variación en su tamaño. A esto debe sumarse un estómago de tamaño reducido, caracterizado por un rápido tránsito gástrico, lo que provoca que durante el día deba vaciar varias veces su contenido, enviando al intestino alimentos con insuficiente grado de digestión.
Otro de los motivos fundamentales son los errores en la nutrición;
fundamentalmente relacionados con la calidad y cantidad de la ingesta
suministrada.
Pero además debemos tener en cuenta el trabajo que a diario realiza el animal, el excesivo ejercicio, los enfriamientos, la administración de bebidas frías... son todos factores de riesgo que ponen al caballo en las condiciones perfectas para ser “atacado” por un cólico.
CAUSAS DETERMINANTES DE LA ENFERMEDAD
El cólico puede ser definido como el dolor percibido por el animal que padece un cuadro de abdomen agudo con localización en el aparato gastrointestinal o en los órganos genitourinarios. Sabemos que los animales perciben el dolor, porque el mismo genera un conjunto de anomalías perjudiciales para todo el organismo.
Las principales causas de cólicos en equinos podemos encontrarlas en la propia alimentación y en los parásitos del aparato digestivo.
• Motivos alimenticios:
• Una dieta escasa.
• Una dieta excesiva.
• Dieta compuesta por alimentos muy ricos en energía o muy ricos en proteína
• Dieta con una cantidad excesiva de fibra bruta poco digestible.
• Aguas duras, el agua en cantidad insuficiente o cuando ésta se administra -
excesivamente fría o contaminada.
• Parásitos del aparato digestivo: es la causa más frecuente de cólico en los
caballos: - hasta un 30% en animales estabulados y el 90% en animales en
libertad.
• La desparasitación rutinaria disminuye la presentación de cólicos de forma
considerable.
SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD
Si un caballo sufre un cólico, dará signos evidentes de ello. Conviene estar atentos, cuanto antes interceptemos la enfermedad, mayor posibilidad tendremos de sanar al animal.
En primer lugar es importante la observación del estado general y del
comportamiento del equino durante algunos minutos. Un caballo con un cuadro de cólicos dará claros síntomas de inquietud: se dirige de un lado a otro del box o piquete, escarba o rasca el suelo, efectúa cambios frecuentes de posición (se acuesta y se levanta), expresa su dolor con miradas angustiosas orientadas hacia los flancos, tiende a echarse con cautela o de manera brusca y suele revolcarse. En caso de que sospechemos de que existe la enfermedad, deberemos observar otra serie de signos importantes:
• El tamaño del abdomen (aumento de uno o ambos lados), las heridas y los
traumatismos que se producen por el intenso dolor.
• La presencia de comida en el comedero.
• Ausencia de orina en la cama.
• Posibles dificultades para orinar.
• Modificaciones en la materia fecal.
• Sudoración intensa, con importante pérdida de agua y los electrolitos (que si no se reponen conducen a un estado de shock).
CONDUCTA A SEGUIR
En caso de que observemos alguno de los síntomas antes expuestos, conviene que nos pongamos en contacto con el veterinario de inmediato.
La rápida intervención del profesional se hace imprescindible, ya que es el único capaz de determinar el diagnóstico real y el tratamiento adecuado; a lo que procederá tras un exhaustivo análisis del animal. Además y lo que no es menos importante, calmará el dolor y tratará de restablecer el normal funcionamiento
digestivo.
Pero además, existen una serie de Medidas preventivas que podemos llevar a
cabo:
• Prohibirle comer o beber.
• Evitar que se revuelque y prepararle una abundante cama si vemos que no
puede dejar de hacerlo.
El tratamiento, que siempre deberá ser determinado por el veterinario, dependerá de la causa que lo origine, pero en reglas generales se calma el dolor para evitar autolesiones y se administran antiespasmódicos.
En los casos graves puede ser necesaria la intervención quirúrgica para salvar la vida del animal.
LA MEJOR CURA, LA PREVENCIÓN
Como con cualquier enfermedad, prevenir la aparición del cólico es siempre la
mejor opción. Para ello es necesario disminuir las causas que predisponen a
desencadenar un cuadro de este tipo.
Procuraremos corregir las alteraciones de los dientes, deberán efectuarse
tratamientos contra los parásitos gastrointestinales y se proscribirán las bebidas
frías.
Deberá controlarse estrictamente el racionamiento, es decir, la calidad y la cantidad de los alimentos suministrados. Conviene recordar que los equinos son sumamente sensibles a cualquier alteraciones en su alimentación, que puede ser una de las principales causas de enfermedad. Si el caballo se encontrase estabulado, será conveniente distribuir el alimento en varias tomas al día.
Debemos recordar que los caballos, por sus características anatómicas, no pueden vomitar, por lo tanto, se puede producir una dilatación gástrica, con el riesgo de ruptura del órgano y posterior muerte.
Si el cólico es detectado a tiempo, el animal sanará casi con total seguridad.
Que su estado sea el adecuado tras la enfermedad dependerá de diferentes puntos, como la propia causa que provocó el cólico, la rapidez con que se reconocen los primeros síntomas, la realización inmediata de un adecuado tratamiento, la respuesta al tratamiento efectuado, la presencia de complicaciones generales (deshidratación, shock, etcétera), el restablecimiento de la fisiología gastrointestinal normal...
Botiquín:
Para estar en disposición de poder solucionar los pequeños problemas que le
puedan surgir a nuestros caballos es imprescindible disponer en un lugar cercano.
un botiquín completo que deberá contener:
Algodón tamaño hospital, aceite de ricino (útil para reblandecer), sulfato de
magnesio, antiséptico (para la limpieza de las heridas), sal de mesa, rollo de
apósito, vendas (grandes y normales), agua oxigenada (sólo para las heridas
punzantes del casco), linimento para golpes y mataduras (roces), sulfato de
magnesio y glicerina en pomada, tijeras, termómetro, bolsa de frío instantáneo, gasas estériles y toalla.
El botiquín se debe encontrar siempre limpio y con todos sus elementos ordenados, de tal manera que en caso de urgencia sepamos a donde debemos acudir de manera inmediata. Todos aquellos que se encarguen del cuidado del caballo deberán conocer la existencia de este botiquín y su contenido.
Consulte siempre a un Veterinario. Jinete y Caballo. Gremio Ecuestre Venezolano...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Al hacer algún comentario en cualquiera de los temas publicados en Jinete y Caballo, recuerda utilizar los buenos modales y evita palabras irrespetuosas u ofensivas.
Gracias por tu comprensión...