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martes, 30 de octubre de 2012

¿Tu caballo se mueve cuando te subes?



Considerando el hecho probado de que casi ningún caballo se está quieto cuando el jinete se sube, y además, observamos que casi ningún jinete intenta impedir ese movimiento de avance, lateral, o incluso de retroceso de su caballo en el momento de montarlo, algunos se preguntarán si de verdad, ¿es tan importante que el caballo no se mueva cuando nos subimos?           (A propósito de estos jinetes, mas bien parece que en vez de montar un caballo están arrancando algún tipo de motocicleta, subidos a medias en un estribo mientras el caballo se pasea). A esa pregunta existe una única y muy clara respuesta: Es importante, incluso muy importante que el caballo permanezca quieto en el momento de subirnos a él. Ya que el hecho de que el caballo huya cuando nos montamos es la primera desobediencia del caballo en nuestra sesión de trabajo.

El caballo no trabajará concentrado, ni obedecerá al jinete si nada mas empezar ya ha conseguido que se le tolere una desobediencia. El caballo sólo debe moverse cuando el jinete, una vez montado, da la indicación correspondiente.

A favor de algunos caballos hay que decir que esta desobediencia no es más que una anticipación de obediencia, pues el caballo sabe perfectamente que nada mas montado, el jinete se pondrá en marcha. Es precisamente en este punto en el que podemos trabajar, esforzándonos en no ponernos en marcha inmediatamente después de montar, sino en tomarnos el tiempo de permanecer uno o dos minutos parados.

Es un bonito ejercicio y permite tanto al jinete como al caballo la concentración en los ejercicios que se desarrollarán a continuación. Ambos se conceden la ocasión de relajarse un minuto, respirar hondo y echar un vistazo al entorno tranquilamente, y después con calma empezar. El caballo aprenderá que después de que se suba el jinete, sencillamente no pasa nada, y con el tiempo dejará de ponerse automáticamente en movimiento. Bien pero también hay caballos que de ninguna forma permanecen quietos, bueno también a estos se les puede convencer con un poco de arte y maña y sobre todo sobornos, para permanecer parados y esperar.

Para los primeros ejercicios necesitaremos un ayudante. Este ayudante se pone delante del caballo, pero no lo sujeta, en todo caso para dar a entender al caballo que es lo que quiere, puede poner una mano sobre su nariz. En el momento en que el jinete monta, el ayudante da al caballo una golosina, para así distraerlo. Ahora que el jinete está en su silla no debe ponerse en marcha, sino bajarse de nuevo. Este ejercicio se repite una o dos veces, no más. En los días siguientes aun necesitaremos a nuestro ayudante, aunque ahora no debe ponerse delante del caballo, si no al lado de su hombro derecho y darle, desde esta posición y en el momento justo, la golosina. De esta forma, poco a poco intentaremos prescindir de nuestro ayudante.

La meta es que en algún momento sea el jinete mismo quien, desde su correcta posición en la silla, proporcione la golosina al caballo.

Este es precisamente el siguiente y ultimo paso. El jinete da la golosina con su mano derecha una vez está montado. Por experiencia el caballo girará su cabeza a la derecha esperando, sin avanzar, su golosina. No es necesario, a partir de ahora, dar siempre una golosina, ya que el caballo después de haberlo aprendido una vez siempre relacionará el permanecer parado con una situación agradable. Solamente es importante que el jinete preste siempre absoluta atención a que el caballo permanezca intolerablemente quieto, impidiendo inmediatamente cualquier intento de avance, por pequeño que sea.

El resultado de estos realmente pequeños, esfuerzos, es un caballo obediente y tranquilo, y no una moto en aceleración.

Consulte siempre a un Veterinario. Jinete y Caballo. Gremio Ecuestre Venezolano...

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